Exposición en la Biblioteca María Zambrano (UCM)

Mientras estoy cristalizando siento míos los cristales que estoy haciendo, también cuando los monto en sus soportes. Al ponerles la urna ya no los siento míos, ya son de ellos mismos. Entonces ya puedo admirarles sin rubor, les deseo una vida larga, que sean tratados con el respeto que merecen y que allí donde vayan muestren una belleza que emocione, ilumine y sirva de recreo a quien los contemple. Es la primera despedida.
Este proceso de conseguir desprenderte de tu querida obra sucede poco a poco, no se acaba en esa despedida, porque cuando ya tienes tus trabajos listos para exponer, empieza otra etapa en la que el plást ico de burbuja, las cajas de cartón, el precinto y otros materiales y herramientas se hacen los protagonistas de tu plan y te acercan a la realidad. Eso ayuda. Por fin, todo empaquetado sube a un vehículo y se va de casa.
Ha sido una suerte que el destino de los cristales fuera la exposición en la Biblioteca María Zambrano de la Universidad Complutense de Madrid, dentro del evento “Una mirada hacia el futuro” con el que terminaba la celebración del Año Internacional de la Cristalografía. Me sentí muy bien tratada por la organización (Dpto. de Cristalografía y Mineralogía de la UCM) y por el personal de la Biblioteca y de seguridad. Los compañeros y amigos de Madrid me han ayudado, acompañado y agasajado. Gracias a todos.
El tamaño enorme de la sala me estimuló a llevar mucha obra, que ha estado expuesta mes y medio y la han visto miles y miles de ojos. Me sentí satisfecha al acabar de montarla y me emocioné al ver lo bonita que estaba y al pensar en toda la ayuda que había recibido en la preparación de la exposición, cuánto amor. Y seguí emocionada con los halagos, que interiormente recibía con satisfacción en nombre de los cristales y en el mío propio.
Os la voy a enseñar con una galería de fotografías a la que se accede al hacer clic sobre la imagen que encabeza esta entrada.